viernes, 13 de mayo de 2011

Ascesis



Porque ya no eres tú ni soy yo,, y,,
es verdad somos jirones del vértigo,, Waldo López


Me preguntas si es cierto que te extraño…
el clima en esta ciudad es caluroso
las pisadas de mi cuarto al escritorio
son un surco de silencios obligados,
el domingo es el día de los suicidas
o el baño de camposanto solitario;
me envías fotografías para no olvidarte,
yo te envío radiografías de mi cerebro
donde los pixeles son cientos de letras
y en cada cuadro dibujo una palabra,
ellas delinean el contorno del deseo,
dan cuerpo a la sensación de ausencia,
con ellas se dibujan los días restantes,
los estados de animo cambiantes
de una alegría desbordante a veces,
a un ostracismo casi perfecto
del gozo de imaginarte con nosotros,
los habitantes de mis pensamientos
al  tiempo prolongado del encuentro.

No sé a estos niveles del silencio roto
por qué o cómo es que te extraño,
cuando la espera no es solamente nuestra
si no los días que lamentablemente ya pasaron
y construyeron arrecifes con el tiempo
de mi encierro obligatorio por tu ausencia.

He dibujado un campo de añoranzas muertas,
un continente de  corales impacientes,
varias islas dentro de un mar sin viento
que de vez en cuando con una señal tuya,
tu cuerpo cambiante se esculpe en mi memoria.
He detenido el calendario de la espera
porque la espera se confunde con tu ausencia,
he trastocado la función de mis muebles y mi hambre,
el comedor es ahora un lugar par el recuerdo,
el espejo es también el diván del sicoanálisis
y en varias ocasiones el doctor y su paciente;
mi cama es el puerto donde siempre retorno
y también la embarcación en la que viajo,
la cocina un  laboratorio de recetas y farmacia,
el hospital que me recuerda cada aniversario,
el estudio, antes un cuarto repleto de historias,
es un librero hueco que no acepta inquilinos,
lo mejor de todo esto que ya no hay fantasmas
ni preguntas que exijan mas de una respuesta.

Me preguntas si es cierto que te extraño
o si alguna vez en el futuro estaremos juntos
y yo he intentado en vano de decirte
que mi futuro es un laberinto de pasados,
verbos sin conjugar reflejados en el baño
con todos los inquilinos que lo habitan
en este  encierro  obligatorio espera mágica
y sí, en algunas ocasiones he extrañado
el deleite de imaginarte en este espacio.


viernes, 6 de mayo de 2011

En alguna ocasión



Cuando nos encontremos de frente
y la idea de tus huesos
sea una sombra del cuerpo
que sostiene la carne del espíritu,
la inmortalidad en la paradoja de la vida,
entonces podré despojarte
del escudo que protege tu alma
de ocultas gravedades,
de misterios que no resuelves
por el solo hecho de continuar desnuda
sin ojos,
dentro de un cuarto donde sos la dueña
de esqueletos consanguíneos
y ancestrales
en la cuenca del vaivén del infinito.


Solo el vacío que  protege tu mirada
el nombre común de tus secretos
el carcelero de la carne como máscara
palabra sin un significado de promesas,
un cuarto sin ventanas
ama de llaves tu cuerpo
de tu alma
provocas aguaceros de versos
por tus huesos,
metáforas de huesos por tu carne
cuando el sol,
la elipse distante
donde un punto se desliza
por el negro tupido del poema,
me hace preso de  un secreto
que ha crecido  en el exilio,
en la tierra diferente donde  tus versos
nacen
con esa ausencia de quedarte detenida
en el instante
ese no saber de ti porque no puedo mirarte
ese decirte con palabras
lo que mi cuerpo me reclama:

En la cuenca de mis ojos un espejo
sin reflejo
sin poder ver a través
de un cristal negro,
un lamento
me imagino,
un dolor insepulto
en sepulturas.

la memoria se detiene
donde  tu y yo sabemos
que mas allá de la vida con palabras
de lo que puede ser el momento previo al verso
son tus versos que tu carne llama
y tus ojos sin mirarme
con palabras se dibujan
en la radiografía del intento,
otra posibilidad dentro del cuerpo
mas allá de lo que el verbo
nos reclama
 a través de una oración de rosarios trasparentes
en el punto entre el negro de tus ojos
solamente esa luz
que mi oscuridad
y mis entrañas
y tus huesos
y mis ganas
resuelven tus respuestas inventadas.


jueves, 5 de mayo de 2011

Alicia y el espejo


El universo no es otra cosa
que la escalera que conduce a la eternidad.
(Waldo López)



Los caminos de la luz como contraparte
oscura de los sueños
son los pergaminos en que el tablero
se refugia de los números.
Alicia se pierde en el espejo que refleja
el futuro de un tiempo impredecible,
baja por las escaleras del laberinto
y sube a la eternidad por un instante;
es el mundo al revés,
nadie muere ni emerge de la nada,
solo el lado oscuro de la luna
contempla la otra parte del cielo
en que el techo del silencio es tapizado
con la esencia del éter y el misterio:
lo que es abajo entonces es arriba
en un sinfín de escalones invertidos.

¿No es verdad que lo que aquí sucede
perturba en el rincón mas lejano del planeta?
los conceptos de la lógica hacen añicos las alas del intento,
pero la magia tiene a la ciencia como imagen
y el espejo es el oráculo del brujo
Alicia viaja en el tiempo del conejo
y su reloj sin segunderos.

El infinito apenas se vislumbra
entre los bordes de la noche,
es el precipicio de la nada.

Luz y sombra es la ecuación de la existencia,
luz que se curva en la trayectoria del cometa,
sombra proyectada en el camino
para el cultivo de los sueños.
Alicia es transformada en reina
y siempre joven se inmola en el altar de las alianzas;
sabe que el caos es la esencia de la música,
el cuaderno pautado de las hadas,
la sinfonía planetaria del vacío,
el ruido cósmico de las hazañas muertas,
los fantasmas de un ayer lejano y vivo:
Lo que entonces sucedió ya no es el tiempo,
lo que ahora sucede
entonces ya existió
y el futuro no es promesa eterna
sino el pasado de algo que en gerundio nos devora.

Alicia, el pasaje del espejo,
la magia a secas
la ciencia y su misterio mágico
el caos como el orden de las cosas
la orilla del universo
el techo de silencios y sus puntos negros,
el hueco inexistente del vacío,
el pergamino en que está escrito el principio
y atesora el final como punto de partida:
el origen de la nada como expresión del cosmos,
la ecuación sin resolver de la metáfora,
los mundos perdidos,
el monólogo de Dios,
la dialéctica y el miedo,
la sensación de ser un punto imaginario,
la contra parte de un mundo real,
el sueño de Hilbert y Don Juan,
el intento de Einstein,
la muerte
(dicho así es solo una parte más del juego)

todo ello nos acerca al
jardín de las flores de la ausencia;
la luz es la otra parte de la orilla
en que el cielo se desploma en el vacío
y nosotros somos 
la parte recursiva del poema.